lunes, 29 de agosto de 2011

Cambios, siempre tan acelerados

En dos años he montado una tienda, me he casado y he tenido una hija. Todos estos cambios sin parpadear. Son muchos cambios, pero viene más.

Lo más significativo, supongo, es el tema de tener una hija. Al menos eso dice la lógica. Pero curiosamente este hito consume poco de mi tiempo y mis pensamientos. Es algo que tengo que corregir. Al margen de lo que dicte la lógica y asumiendo que no soy Spock y no tengo que regirme por los principio lógicos y si por los emocionales, lo más importante ha de ser mi boda, que es el desencadenante de mi nueva vida. No es una vida mejor y mucho menos peor, es una vida distinta…

Hace solo 3 años, mi principal preocupación era con quien voy a salir esta noche de fiesta. Mi trabajo me daba recursos y me gustaba, mientras mi vida personal se quemaba por las noches entre copas. La verdad es que miro esa parte de mi vida con mucha nostalgia. De haber continuado con ese ritmo de vida posiblemente habría terminado con un buen porrón de enfermedades venéreas, encabezando mis problemas de salud. Posiblemente habría terminado con problemas laborales por salir demasiado y por llegar al trabajo muchas veces sin dormir. Pero, curiosamente, tengo la sensación de que nunca he rendido tanto laboralmente.

Culminando con esa vida de golfo, llego la compra de mi descapotable. Era el auténtico Ford Farilane. Rock and roll por todos lados, un descapotable rojo, un picadero irresitible. Realmente culminaba el sueño de un rockrolla. En mi nevera lo más sano que había era un trozo de limón seco, detrás de varias filas de cerveza. La cerveza estaba ordenada, con las etiquetas hacia fuera, y había claros hilos de bebida. Cerveza, cerveza, cocacola, sprite, tónica… acompañado por 2 metros de alcohol en tres filas de botellas…. Realmente había cumplido mi objetivo, sin saber muy bien cual era… era la vida que había diseñado.

Un día, todo se tuerce, encuentro una chica que desmonta mi mundo. Sin darme cuenta, mi descapotable es un medio de transporte, mi Loft se convierte en una casa normal, con 2 habitaciones y una cocina (Que sigo sin saber muy bien para que sirve). En la nevera hay leche sin caducar y huevos frescos. Y el alcohol que se renovaba semanalmente, tiene una capa de polvo.

Monto un negocio, y toda aquella vida de relativo éxito que tenía, empieza a torcerse. Los números no salen, sufro, trabajo contra reloj, sin sentido. Noches sin dormir por mucho trabajo, no descanso, no paro… peso 130 Kg!

Mientras, mi vida sigue pasando, y ese joven rockero tiene una hija… una HIJA! Eso es mucha más responsabilidad de la que un Dompi puede asumir. De repente mi mundo se tambalea… la tienda no parece tan buena idea, es mucho tiempo e inversión que puedo centrar mejor. El descapotable, todo un símbolo, es incómodo. Mi mujer se marea ante la poco conseguida suspensión, y la terrible compensación de pesos que tiene un descapotable. Cada vez que el coche recupera un apoyo y cabecea mi mujer se marea más. En ciudad con los frenazos, y en carretera con los cabeceos constantes. No puedo descapotarlo, porque llevo una niña, y capotado el coche pierde sentido. Es incómodo, ruidoso y su enorme tamaño es solo comparable con el pésimo ángulo de giro, que solo un coche de tracción puede dar.

Cerramos la tienda, no hay forma de mantener este negocio. Tiro a la basura con el cierre 2 años de trabajo y más de 100k euros. Es sin duda el mayor fracaso de mi vida. No tiene más importancia… pero no estoy acostumbrado al fracaso. Al revés, estoy acostumbrado al éxito relativo. Si bien no era absoluto si podía convencerme de que era un éxito. Me justifico, me dio que no había nada que hacer, que no era el momento, que por lo menos lo he intentado. Pero eso es un fracaso, lo tenía que haber identificado en la fase de montar el negocio. Si bien es cierto que se aceleró demasiado esa fase por motivos ajenos a mi voluntad… pero solo son excusas… es un fracaso en toda regla, muy excusable pero un fracaso. En este fracaso he tenido que despedir a dos personas, que contaban con mi capacidad de gestión para cobrar todos los meses. Ahora el estado tendrá que pagar mi error. Dejo a más de 1500 clientes sin servicio. Hemos realizado más de 1000 reparaciones en estos 2 años. La mayoría de mis clientes están sumamente satisfechos. Cada día la gente me daba las gracias al menos una vez… pero aun así no he sabido aprovechar todo esto para levantar el negocio. Ni si quiera he conseguido recuperar ni un 20% de la inversión. Fracaso con todas la letras. Estoy convencido que se podría haber hecho mucho mejor.

Además tengo el descapotable en venta y busco un torpe y aburrido clase E…. porque las plazas traseras son fantásticas, la propulsión junto a la conseguida y famosa suspensión de Mercedes evitaran los mareos de mi mujer. Y solo sueño con tener 6 cilindros que me den la mínima satisfacción de la armonía que desprende un V6 arrancando en frio. Pero además, me planteo la conveniencia de un diesel, quien mataría esa mínima satisfacción en virtud de la máxima eficacia de los costes de un coche.

Miro atrás con nostalgia, aún recuerdo el sonido de mi 330 y sus 6 cilindros en línea. Pero si miro más atrás, tengo aún más nostalgia. Recuerdo aquellos fines de semana sin dormir, con coches de prensa. Cada semana con un coche, cada día con un plan distinto. Aún más nostalgia me produce mi Puma, el que conseguía que la gente me mirara con desprecio cuando quemaba ruedas en cualquier parte, el cruzar el coche en cada curva buscando alcanzar a aquel coche mucho más ponte… o mi época con aquel Escort destrozado corriendo rallys por las rozas y encallando el coche en el barro…

Creo que cada decisión que he tomado en mi vida es correcta, más aún en los últimos años. Creo que me fue bueno que esa chica me apartara de mi vida de Fairlane. Creo que fue bueno casarme con ella, y dejar mi Loft en virtud de un piso estándar en San Blas. Creo que fue bueno crear una nueva vida con nombre de huracán de fuerza 3. Creo que fue bueno montar la tienda. Creo que es bueno cerrarla, creo que es bueno deshacerme de mi descapotable.

Mañana, cuando mi hija tenga 16 años, y me aparezca a las 3 de la mañana con minifalda y acompañada de un capullo con descapotable, mirare el día de hoy con nostalgia. Cuando todo era tan sencillo, aunque hoy parezca tremendamente complicado.

Ahora, miro mi futuro con algo de miedo. Mi trabajo no esta tan seguro como me gustaría, y mi sueldo es cada día más pequeño. Mis gastos han pasado de ser caprichos a ser necesidades. Y además me encuentro con un buen porrón de horas libres que no sé muy bien como quiero gastarlas. Me da miedo desperdiciar mi tiempo, no saber aprovecharlo. Tengo mil planes, pero cada uno me lleva a un sitio… me da miedo que mi vida se desmonte, me da miedo poder dejar de mirar atrás con nostalgia, pero con la seguridad de que hice lo correcto.


1 comentario:

joselu dijo...

si te sirve se algo, se calcula que el empresario medio fracasa 3 veces antes de montar un negocio exitoso....


("citation needed", ya lo se)